A veces, una obra de arte no necesita muchos minutos, sino unos cuantos. La vida, la soledad, el egoísmo y el paso del tiempo pueden ser retratados con maestría, como en este corto nominado a los Goyas en 2011. El cortometraje, dirigido por Jorge Muriel, de ascendencia extremeña, y Miguel Romero, retrata una situación tristemente actual en nuestros días y que muchos podréis vivir de cerca en personas cercanas, esas que más nos dieron y nos cuidaron cuando más lo necesitábamos y que no son correspondidas cuando ellas más lo necesitan.
Va por ellos.
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