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domingo, 22 de enero de 2012

Corto con sabor extremeño

A veces, una obra de arte no necesita muchos minutos, sino unos cuantos. La vida, la soledad, el egoísmo y el paso del tiempo pueden ser retratados con maestría, como en este corto nominado a los Goyas en 2011. El cortometraje, dirigido por Jorge Muriel, de ascendencia extremeña, y Miguel Romero, retrata una situación tristemente actual en nuestros días y que muchos podréis vivir de cerca en personas cercanas, esas que más nos dieron y nos cuidaron cuando más lo necesitábamos y que no son correspondidas cuando ellas más lo necesitan.

Va por ellos.





viernes, 20 de enero de 2012

Un corto

Un día descubrí casualmente un corto que me sorprendió. Además de ser español, la música y el guión me parecieron muy originales. Se titula La dama y la muerte. Espero que os guste 




América, Ennio Morricone y Sergio Leone


En la entrada anterior, os hablé de Ennio Morricone y de Sergio Leone. Otro ejemplo de esta excelente colaboración músico-director es Érase una ven en América. No la conocía, pero gracias a una persona no cinéfila descubrí esta joya. En ella interviene uno de mis actores favoritos, Robert de Niro, y una jovencísima Jennifer Connelly.

La película trata sobre la amistad y la lealtad entre cinco chicos judíos que viven en el Manhattan de principios del siglo XX y los diferentes caminos por los que te puede llevar la vida. El grupo comienza con pequeños delitos y chantajes hasta convertirse en unos importantes mafiosos durante la Ley Seca.

Es una historia real, con miserias e historias humanas. Su desenlace, el camino que tomaron sus vidas, os dejará boquiabiertos.

Os recomiendo disfrutar del tema principal:




Y de una secuencia que se encuentra al principio de la película. Robert de Niro regresa a casa y los recuerdos le inundan. Uno de los más bellos corresponde a su primer (y único) amor. La escena está protagonizada por Jennifer Connelly y es de una gran delicadeza y sensibilidad.







A Jennifer Connelly podéis verla también en Dentro del laberinto, película de la que habla en su blog mi compañera Irene.






El cine dentro del cine

Uno de mis compositores de bandas sonoras favoritos es Ennio Morricone. Lo conocí por primera vez en una película que no me gustó nada, no porque sea mala, sino porque el western no es mi estilo: El bueno, el feo y el malo, del director Sergio Leone. Me llamó la atención la música tan innovadora de la película. Posteriormente me reencontré con ambos, compositor y director en otra gran película, Érase una vez en América, pero esa es otra historia.

Me reencontré con Ennio Morricone en dos películas increíbles: Escarlata y negro, con Gregory Peck en el papel principal interpretando al padre Hugh O´Flaherty destinado en el Vaticano durante la II Guerra Mundial, y Cinema Paradiso, una historia de cine dentro de cine, del director Giuseppe Tornatore.

Esta película es digna de ver: su música, su historia, sus actores, sus detalles,... tiene escenas difíciles de repetir en intensidad. ¿Cuatro? ¿cinco? No recuerdo las veces que he podido verla, pero yo sigo emocionándome con ella. La parte que más me gusta es la del Salvatore niño. Él cree en la magia del cine... Y yo también.

Tiene dos temas impresionantes. Yo os pongo uno de ellos con el que podréis comprobar la calidad de Ennio Morricone, que os sorprenderá.



Como curiosidad, os diré que en youtube se encuentra disponible el final completo de la película, que aunque está en italiano, se entiende perfectamente.

Espero que os guste.






Espiando por la mirilla de la puerta


¿Alguien ha creído que los programas más vistos sean los documentales de tve2? ¿Quién no ha visto, aunque fuera sólo durante un minuto, algún programa de cotilleos? Sí, de esos que tanto criticamos pero que “casualmente” son los que tienen más audiencia.

Particularmente el hecho de escuchar voces con el tono elevado me desagrada tremendamente, y el regalar mi tiempo a otros que se enriquecen al criticar a los demás, ya sean ex- o no, me desagrada aún más. Pero... ¿qué pasaría si pudiéramos espiar impunemente a otros? ¿No nos despierta curiosidad el conocer la vida de otros, sus miserias, pasiones y secretos?

Hay una película que descubrí por casualidad ya que un periódico incluía su dvd. Se trata de La vida de los otros, película revelación y ganadora de numerosos premios cinematográficos, entre ellos del BAFTA y del Óscar.

La historia se desarrolla en la antigua RDA, donde la policía secreta (Stasi) ayudaba al gobierno en su control de la población. Al capitán Gerd Wiesler le encargan la tarea de espiar a una pareja formada por un escritor y una actriz. Poco a poco, este hombre solitario y gris, se introduce e involucra en sus vidas hasta puntos que ni él mismo podía imaginar.

Os pongo el trailer para que os animéis a verla.





miércoles, 18 de enero de 2012

Reflexión

Hay películas que, además de ser auténticas obras de arte que no necesitan sexo ni violencia ni tacos, te hacen reflexionar. Una de ellas es La gran prueba, de William Wyler con actores de la talla de Gary Cooper y un jovencísimo Anthony Perkins en el papel de su hijo. La historia trata sobre una familia de cuáqueros y de las situaciones que se les plantean por la Guerra de Secesión americana (los cuáqueros son contrarios al uso de la violencia). Además de la vida diaria, con situaciones cotidianas tratadas con toques de humor, se producen situaciones duras, en las que desde la lejanía seguramente todos afirmaríamos categóricamente que actuaríamos rectamente y manteniéndonos fieles a nuestros principios, pero que cuando realmente sufrimos en nuestra piel, quizás algunos no estaríamos a la altura.

Para algunos es demasiado blanda porque no ahonda en la dureza de la guerra. Yo prefiero quedarme con los pequeños detalles y en las interpretaciones. Para mí es una pequeña historia contada con gran arte.



martes, 17 de enero de 2012

La política

 
Cada vez que hay elecciones recuerdo una película protagonizada por Robert Redford en 1972 y que para mí aún tiene vigencia. Se trata de El candidato, dirigida por Michael Ritchie. La película trata sobre la carrera hacia la victoria de un candidato, Robert Redford, a la vez que nos muestra los entresijos de la política, en el que (aparentemente) todo vale. Tiene momentos memorables y yo destacaría la última secuencia, cuando el candidato conoce el resultado de las elecciones y se dirige al que ha sido su asesor con una pregunta muy significativa... y que yo creo que se hacen todos los políticos tras unas elecciones.


lunes, 16 de enero de 2012

Una película prohibida

Tenía menos de 8 años cuando echaron en la televisión Esplendor en la hierba. Mi padre, en contra de su costumbre, no me permitió ver esta gran película ya que el tema no le debió de parecer adecuado para una cría. Pero esto no impidió que la viera un poco más adelante.

En la primera ocasión, me pareció una película sin sentido. No entendía cómo el padre de Warren Beatty podía prohibirle a su hijo ser novio de la guapísima y espectacular Natalie Wood, ni entendía a qué tanto lloro de ella. Pero cuando la vi por segunda vez, mi sorpresa fue descomunal. Ya no era sólo la imposibilidad de estar juntos por la presión familiar sino la presión social, el amor desaforado y casi obsesivo de ella, el desplante y crueldad de él,...

La parte más memorable para mí se encuentra al final. Natalie, con ese impresionante e impoluto vestido blanco (quiero pensar que Elia Kazan, su director, quiso reflejar no sólo que la joven desequilibrada se había convertido en toda una señora, sino también la pureza de su alma y de sus antiguos sentimientos); la actual mujer de Warren sucia, con otro bebé en camino; y él también sucio, ya que se encontraba trabajando en el campo. Al recordar esta escena puedo oler la fritura de la cocina y empatizar con sus sentimientos que nos llegan a través de sus miradas. Esas miradas que sin poder decir nada, lo dicen todo.

Sencillamente, sublime.




martes, 10 de enero de 2012

Viajar, ese gran placer


No sé vosotros, pero yo, hasta hace poco, no he podido disfrutar del placer de viajar. Como dice Lucía en su blog, ¡Sevilla es una maravilla!, pero también hay otros lugares, gentes y costumbres que merecen ser disfrutadas.

A través del cine y de la lectura empecé desde bien pequeña a disfrutar de la vida que ellos me revelaban. Una de mis películas favoritas es Un hombre tranquilo, de John Ford, con los grandes John Wayne, Maureen O´Hara y Victor McLaglen, que ganó el Óscar como mejor actor de reparto, interpretando a un conservador y cabezota hermano de "la solterona".

Disfrutar de los pequeños detalles es lo que hace a esta película tan grande. Algunas escenas permanecen en mi retina y, para mí, son ejemplos de lo que es buen cine. No podría nombrarlas todas, pero algunas son el primer beso entre los protagonistas en medio de una tormenta (¡me cambiaría por Maureen sin rechistar!), la frenada en seco del caballo del amigo borrachín y casamentero(Barry Fitgerald) delante de la taberna, la pelea entre Sean Thornton (John Wayne) y el hermano de Mary Kate, la visita del obispo protestante para trasladar del pueblo al pastor y a su mujer (que carecía de fieles en la católica Irlanda), la taberna como centro de la vida del pueblo o la presencia de los dos activistas del IRA.
 

http://www.youtube.com/watch?v=8Bm0RIs-VJU


Sólo me detendré en una secuencia sublime, para mí posiblemente la mejor del cine. Se trata de la pelea entre John Wayne y Victor McLaglen por el asunto de la dote. En la pelea todo el pueblo está presente como un miembro más, incitando con sus risas y actitud a los protagonistas, apostando, metiéndose de lleno en ella y nosotros con todos ellos. Sólo puede haber un vencedor,...¿quién será?
No puedo terminar sin hablar de la música, para mí es uno más de sus personajes. Os dejo un fragmento de la melodía principal. Sobran las palabras.


lunes, 9 de enero de 2012

Entre animales anda el juego


Hay muchas de psicópatas, pero para mí, El silencio de los corderos, es la mejor. Mi compañera Lara la menciona en su blog http://delosdivinosplaceres.blogspot.com/. No me atrevo a leer la novela de Thomas Harris... ¿Cómo sentir de nuevo la sombra de Hanníbal sobre mí cada noche?

domingo, 8 de enero de 2012

No sólo cine...

¿Alguna vez habéis leído un libro y luego visto su versión cinematográfica o a la inversa? A mí me ha pasado en bastantes ocasiones.
Disfruté mucho con Audrey Hepburn,  Henry Fonda y Mel Ferrer en Guerra y paz  del director King Vidor, pero la novela de Tolstói es sencillamente magnífica. Sus páginas me trasladaron a una Rusia lejana e inexistente, en la que la inocencia de una joven y la crueldad de la guerra se yuxtaponían.
Sin embargo, con la novela de Michael Ondaatje, El paciente inglés, no disfruté tanto como de la película, interpretada por un magnífico elenco de actores entre los que yo destacaría a Ralph Fiennes y Kristin Scott Thomas. 

Siguiendo con los vampiros

A medida que pasaba el tiempo, me iba reencontrando con las películas que he podido ver desde los 5 años. He tenido la gran suerte de que mi padre también es un cinéfilo y gracias a esto he podido compartir con él horas de butaca.
Una de las películas que me desmitificaron a los vampiros, fue El baile de los vampiros, de Roman Polanski. Este director, junto con Sergio Leone, Sidney Pollack, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o King Vidor y muchos más,me han acompañado en mis buenos momentos.

sábado, 7 de enero de 2012

Mi primera vez

No podría decir mi edad, y mucho menos el año, pero sí el tamaño de los dientes de ese hombre cuyos ojos tenían un extraño color rojo oscuro. Recuerdo también la interminable noche que pasé debajo de las sábanas, sudando, respirando tenuemente, pendiente de cada crujido de la cama, del suelo,... Incluso los ruidos más lejanos, parecían ser cercanos.
Mi madre me lo advirtió: "Vete a la cama, que es muy tarde y esta película no es para ti". Yo, sorprendida miré la pantalla y efectivamente, allí estaban mis odiadas galletas, que otros llamaban rombos. ¿Quejarse tras la noche de terror? Imposible. ¿Vivir a través del cine? ¡Por supuesto! Y desde esa misma noche las imágenes, los personajes, los actores y actrices y los argumentos me acompañan. A veces asoman la cabeza en una escena que me hace recordar esa película.
Cine. Esa es la palabra mágica.

Os dejo la escena que me inició en el mundo del cine. Pertenece, ¡cómo no!, al gran Christopher Lee en Drácula: